Kristan Higgins era una autora desconocida para mí. Gracias a la recomendación de una amiga «facebookera», cuyo nivel de exigencia es alto, adquirí los libros sin ni siquiera leerme las sinopsis. No quería crear en mi mente una historia paralela ni destrozar el factor sorpresa.

Para los que necesitéis conocer las sinopsis,  pinchad en las portadas de los libros que componen la serie. Y los que seáis de los míos, aventuraros en sus lecturas. No os arrepentiréis.

He preferido hacer una reseña conjunta porque la temática, la evolución de los personajes, el entorno donde se desarrolla… tienen muchas similitudes y, como no podía ser de otra forma, el estilo de la autora ha permanecido inalterable durante toda la serie. Por todo ello, he creído que lo ideal sería dar una visión del conjunto. Aunque tengo mis preferidos… Os doy una pista: Me encantan los impares. 😉

Estoy convencida de que quien comience a leer Entre viñedos, le ocurrirá como a mí: No parará hasta acabar toda la serie. Probad, probad…

Los pros: Tengo tantos pros que me da miedo olvidarme de poner alguno. Y no exagero en absoluto.

La sra. Higgins escribe las comedias románticas más completas que haya leído nunca. Sus historias contienen escenas divertidísimas, románticas y conmovedoras. Conseguir ese tridente no es nada fácil y ella lo borda. Sus diálogos tienen mucha fuerza, frescura y chispa. Utiliza las ironías y los dobles sentidos con una maestría sorprendente.

Un ingrediente común que se desprende en cada una de sus novelas es el amor hacia los animales.  Todos los protagonistas principales tienen un compañero de viaje muy peludo.

Y por último, no puedo obviar uno de sus mayores méritos: Consigue poner encima de la mesa problemas reales de nuestra sociedad que, con una pericia épica, logra que admiremos el crecimiento del personaje sin haberse recreado en sus miserias y que alcancemos una empatía plena con el mismo.

Los contras: Aunque el estilo de la autora ha permanecido firme, sí he notado una evolución. En las dos primeras novelas solía abusar de interrumpir los diálogos introduciendo personajes que pasaban por allí y en vez de enmarcar la escena, que sería su objetivo, producía el efecto contrario. Eran unas irrupciones, bajo mi punto de vista, totalmente prescincibles. Aunque dicho defecto la sra. Higgins lo ha pulido a la perfección.

Así que, mi conclusión final o titular: “Kristan Higgins es un referente de la comedia romántica contemporánea”.

@elicakilian